La Vecindad

El condominio de departamentos en el que nos mudamos, es un estilo de vivienda no muy usual en Paraguay. La mayoría de las personas reside en casas; se pusieron de moda los dúplex, y ahora hay más opciones de departamentos, pero es difícil encontrar espacios con más de un edificio, que pertenecen a un condominio. En nuestro caso, 4 torres, 33 departamentos en total, de los cuales 18 son de un dormitorio, y los demás de dos dormitorios. Es evidente que está hecho para familias cortas.

Para mí, este nuevo "estilo" de vida es un cambio, en muchos aspectos. Primero: pasé de un caserón de 400 m2 en el cual viví toda mi vida, a un departamento de 45 m2. Cuarenta y cinco, literalmente. Googleé "cómo decorar departamentos pequeños" y me sorprendí de las soluciones que daban para departamentos de 20 metros2 (mucho más chicos que el nuestro!), y tomé como sugerencias algunos aspectos. 

Cuando suceden estas mudanzas importantes en tu vida, te pone el cachivacherismo* en perspectiva. En mi casa de soltera, como único ejemplo, comento que había 15 cucharas de madera en la cocina (sólo Dios sabe por qué), mientras que acá me entran 2. No hay lugar para guardar cosas que no usás. Ese es el encanto de los espacios compactos, que te desafían a ser prácticos.

El día que nos mudamos, el condominio irradiaba alegría: todos estaban entrando con sus pertenencias a un lugar nuevo. No sé si alguien estaba más feliz que nosotros, pero vi muchas personas, solas, en pareja, en familia, felices por el nuevo espacio. Los que estábamos en los pisos inferiores hacíamos logística de subida de sofás, colchones y demases por las barandas (las escaleras no eran muy anchas) y creo que no soy la única que observaba el movimiento de los demás. 
Y, durante la primera semana, la Vecindad era un espacio abierto. Nadie pensó en el petit detalle de las cortinas, así que todos nos mirábamos y mirábamos las vidas en el interior de cada departamento. Desde la familia que canta karaoke de madrugada entre semana, hasta la señora que no deja de repasar la casa, la empleada que le pone cumbia a la pobre criatura cuando los papás se van a trabajar.

Con el pasar de las semanas, la gente fue colocando cortinas (sólo vimos un caso de una olvidadiza vecina recorriendo en corpiño, pero no pasó a mayores), y la gente fue montando sus hogares. Siguieron llegando camiones de sofás (tengo la hipótesis de que los vecinos veían el sofá que uno compraba y llamaban al negocio a comprar el suyo, porque la gente de Milenio Furniture vino mil veces acá), televisores. Incluso mi vecino (que sé que vive solo) se fue y se compró Feria Asunción, de UNA. Compró todo lo que quiso, evidentemente. Yo sigo ahorrando para comprarme un mueble, dicho sea de paso.

Y ahí entra el segundo factor muy diferente en estilo de vida: tener vecinos visibles. No hablamos con ninguno más que con una ex-compañera de facultad que vive en otra torre, pero nos solemos cruzar con los vecinos, todos muy sigilosos. La de arriba de nuestro departamento VIVE en tacos altos, juro que ni los sábados se los quita. 

Ahora hay una batalla tácita (de esas que nadie habla, pero que es obvio que hay) por el mejor balcón: la gente comenzó a colocar planteras, sillas y demás. No me está resultando fácil encontrar los accesorios que quiero para mi balcón, y mi mamá ya colaboró con unas planteras. Pero a donde vaya, estoy mirando accesorios de decoración y buscando ese toque que diga "wow! acá estoy!" desde mi balcón. 

Con respecto a las plantas de mi mamá, estoy haciendo un santo esfuerzo para cuidarlas; no sé si tiene que darle luz o sombra, pero las riego todos los días, eso es lo que sé. Pero no me parece que esté resultando. Dicen que para tener un hijo, primero hay que tener una planta y después un perro, y luego de que los 2 sobrevivan, se puede tener un hijo. Si es así, creo que estoy a años luz de un bebé.

Así que así se siente vivir en La Vecindad, toda una novedad para nosotros.

*Cachivacherismo: el arte de acumular cosas innecesarias, por valor sentimental o porque se cree que algún día se podrá necesitar.

El 22/10 caminamos con solidaridad y patriotismo

 Hace 15 años, la Fundación Dequení viene haciendo una de las movilizaciones solidarias más grandes y tradicionales de Paraguay: la Caminata de la Solidaridad, que cada año pone énfasis en un aspecto de la infancia y de las familias.

Este año, vinculado al Bicentenario, el claim "Caminá con solidaridad y Patriotismo" presenta a la solidaridad como un factor de progreso a lo largo de la Historia del Paraguay.

Esta vuelta me parece que va a ser particularmente lindísimo: el recorrido es por el microcentro histórico de Asunción, salimos desde la Plaza de la Democracia a las 09:00 hs, y vamos hasta el Cabildo. (en años anteriores se hacía por la Autopista hasta Ñu Guazú y desde Luque hasta el mismo punto).

 
Para destacar, esta fundación me parece que hace un trabajo de desarrollo autosustentable ("enseña a pescar y no regala peces", como dice la frase) y los frutos son evidentes en los testimonios de muchas familias que se comprometieron a tomar riendas de su destino y permitieron que esta ONG les guíe en los pasos para cambiar su situación de pobreza.

Para el sábado 22 marca lindo tiempo en Asunción, así que no hay excusas!

Afiche del evento

Conversan la de 25 y la de 20

Francamente, si la Vane de hace 5 años (tenía 20 pirulos) se encontraba con la Vane de ahora (que tiene 25 no-tan-pirulos), no le iba a creer que:

  • Dejó de tomarse todo a pecho, se toma la vida (un poco más, aunque sea) con soda.
  • Dejó de esperar que le agradezcan, ahora ya sabe la diferencia entre "es tu trabajo hacer" y "correr la milla extra". Y por ninguno de los casos, espera un "gracias". Ni del trabajo, ni de nadie (excepto de su marido, que no se da cuenta de lo inmaculada que es su casa hasta que ella deja de arreglar tipo huelga.)
  • Detesta irse a la peluquería.
  • Se cansó de estudiar, por la fobia que le generó su última experiencia académica. No obstante, está planeando estudiar para enseñar y que otros pobres prójimos no tengan que pasar por su mismo sentimiento, además de estudiar otro idioma.
  • Toma café cebado de la máquina (hábito que adquirió gracias a su marido, después de 24 años de tomar Nescafé toda su vida).
  • Un día aceptó que no iba más a entrar en su ropa que usaba cuando tenía 18 años, y se deshizo de TODO. Fue un importante paso de aceptación (además de crecimiento, esa miniblusa de Minnie la verdad que ya no daba)
  • No tiene tantos ahorros, y después de gastar años de ahorro en su boda, perdió ese lindo hábito por un buen tiempo, pero lo está retomando por su sanidad mental.
  • Tiene unas facturas a su nombre que paga todos los meses (en serio, la Vane de 20 años creía que podía posponer mucho tiempo vivir sin compromisos financieros).
Por supuesto que la Vane de 25 años, le mira a la Vane de 20 años y le diría:

  • Disfrutá más, aceptate más. 
  • Disfrutá del camino, no pienses sólo en el destino al que querés llegar.
  • No tenés por qué hacerle caso a todo lo que se mueva y necesite ayuda. No sos un mesías ni superhéroe.
  • No te pelees con tu abuela, no está bien de la cabeza, en serio. No es que es mala precisamente.
  • Hay gente buena que hace cosas malas. No por eso es mala persona.
  • No estaciones muy en la esquina, que los autos cuando doblan pueden chocarte y mover el tren trasero del auto que tu mamá te prestó.
  • A veces, tu profunda tacañería te va a resultar en más gasto. Como cuando llamaste desde Cancún a tu mamá, pensando que alquilar una laptop por USD 5 te iba a salir más caro. Acordate que aunque te salga más barato en dinero, te puede salir más caro en tiempo, tranquilidad y paz.
  • No pierdas el tiempo con indecisiones ni gente indecisa. Valés más que eso.
Y eso no significa que me arrepienta de nada, aunque si me arrepintiera de algo, ¿qué tanto? Con tal de que no me martirice por ello, todo bien.

Y se hizo (la cuenta de) luz

Creo que alguna vez les mencioné que tenía pavor al compromiso... con las cuentas pendientes. La que encabezaba la lista d este miedo era la factura de Electricidad (que, en mi presupuesto, viene primerita hasta por orden alfabético: ANDE - Administración Nacional de Electricidad).

Después de la mudanza, no me quedaba claro cuándo vendría la factura. Me puse impaciente y pregunté al dueño si sabía algo; y entonces apareció la bendita factura, con un ítem que se llama "depósito de garantía" (aparentemente le cobran al usuario tras la instalación del medidor). Después de muchas idas y vueltas, acordamos que no me corresponde pagar a mí. No obstante, lo tengo que pagar, 24 hs después de que se nos entregara la factura, y voy a pagar el triple de lo que pagaría si sólo tuviera que pagar mi parte.

En cuanto al consumo, vino un poco menos de lo que calculamos. Yo ya estaba por ver las estrellas de la preocupación por la posible cuenta. Es que viviendo en una casa con termocalefón (que nunca tuve en mi vida), 2 aires tipo split (que mi marido no puede ver apagados, él siempre tiene calor y yo ando liada con colcha por el departamento), los focos para luz dicroica (16 focos que ya me anticiparon, "salen caros y consumen bastante", aunque algunos sitios web desmienten lo que se me dijo)... me esperaba una factura bastante más elevada.

Aparentemente, estos hábitos de ahorro de electricidad ayudan, y les comparto por si quieran bajar más la cuenta de la electricidad:
  • Usar luz natural en los momentos que se pueda.
  • Desconectar los equipos que no estén en uso (incluso los cargadores de celular)
  • No utilizar varios equipos para un solo enchufe. (con el único enchufe para el TV, DVD, Wii, Radio, Router/Modem, Laptop, decodificador de TV... en ese sector no nos queda otra).
  • Bajar la temperatura del termocalefón (25-30º es suficiente, mi configuración estaba en 40º, con razón me quemaba!)
  • Estudiar cuáles equipos consumen más electricidad y moderar su uso. (Para  Paraguay, esta tabla es muy completa y actualizada, promediando el costo en Gs. según hs de funcionamiento).
  • Aprender a calcular el consumo leyendo el Medidor (acá está un documento que te enseña a leer el medidor, en Paraguay. Ya me fui a practicar y descubrí que para este nuevo periodo, casi consumimos el 85% de lo que consumimos en el período anterior. Así que hay que moderarse!)

Yo sé que a nadie le importa, pero hoy tenía toda la intención de ser ahorrativa, ir a pagar en la Casa Central de la ANDE y ahorrar Gs. 7.000 (USD 1,50) de comisión por pago en bocas tercerizadas. Sí, menciono el monto porque es una estupidez, dicen por ahí que "cada centavo cuenta". Pero como establece la Ley de Murphy, algo tiene que evitar las buenas intenciones. 

Diluvió en Asunción y me resigné a volver a la oficina y pagar por la Web del banco, con el interesante mismo pánico de siempre al probar algo nuevo: la posibilidad de equivocarme. Encima cuando se trata de dinero, más me fastidia la posibilidad de error. Aparentemente todo salió bien y ya pagué la cuenta. 

Creo que la novedad se me va a pasar el próximo mes, y mientras tanto me voy a distraer obsesionándome por medir cada tanto si, con las medidas previsorias, los numeritos en el medidor no incrementan tan galopantemente.
No me cae muy bien octubre.

Me pesan 10 meses del año, y hay momentos en que me encuentro fantaseando con unas vacaciones. Mi desesperación llegó al punto en que imaginé que mandé un correo electrónico en la oficina donde anunciaba que "me las tomaba", dos días después, y que iba a desaparecer de la faz de la tierra.

Soñé que, al llegar a casa de la oficina, no tenía valija y me estaba preparando para ir a Miami. Metí en un bolsón de computadora 1 toalla, el bikini, dos vestidos y mi zapatilla, con eso marché al aeropuerto.

No puedo explicarles la desazón que sentí cuando me desperté.

Ya no me consuela pasearme por Trip Advisor, ni calcular precios de pasajes en Travelocity, leer reviews de lugares y foros de viajes. No me da ánimo planear las vacaciones de mis papás y hermanos. La realidad alterna ya no me basta.

Yo sé que no estoy pasando hambre, no estoy enferma y que mi problema es el menor de los problemas del mundo. Pero me pesa sobre el alma el cansancio que tengo, eso que duermo y no descanso cuando cierro los ojos.

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