De vuelta en el baile: Maestro
El lunes arrancamos en un nuevo capítulo de mi vida
Eran pasadas las 17 horas cuando me llamaron de Maestro, una bastante nueva agencia de publicidad que viene haciendo ruido -esto, en la jerga publicitaria, significa que se viene escuchando, lo cual es una buena noticia para los implicados. Tuve dos entrevistas en este lugar, y en una oportunidad me pude sentar por 40 minutos a observar el movimiento de la siesta, cuando no había nadie y cuando estaban entrando todos y comienzan a dar vida al lugar. Confieso que me gustó muchísimo el ambiente, dentro de mi primera impresión. En la última reunión, quedé en esperar la llamada para saber la decisión.
Es una sensación de mucha ansiedad recibir esa llamada que esperás, donde sabés que es a todo o nada. O estás adentro, o estás afuera.
Estoy adentro.
Estoy escuchando a los instrumentos apoyarse en los hombros, en el piso, en los labios. Me veo entrando de vuelta a la pista. El baile está recomenzando.
Una vez más, estoy de vuelta en una agencia (como si hubiese estado tantas veces dentro de una). Estoy feliz, estoy en paz. Es bueno volver a tener actividad intensiva todo el día, tener que compactar y administrar el tiempo, llegar exhausta a la universidad, y tener la billetera con contenido más que tus documentos.
¿Qué me toca hacer? Inicialmente, estoy en recepción y Medios, y eventualmente pasaría a Cuentas. Súper, un nuevo espacio a explorar. A bailar, se ha dicho.
Bien, estamos dando un paso más hacia el crecimiento. ¡Compartí mi alegría! ¡Tengo trabajo! ¡Trabajo en una agencia! ¡Trabajo en Maestro!
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