No me gusta quejarme de mi país. No me gusta escuchar gente quejándose
del país. Me duele en el alma y me lo tomo a pecho cuando escucho que
denigran a Paraguay. Pero en días como hoy, me indigno tanto y exploto
por todas partes.
Entre
la autorización para uso de semillas trasgénicas de Monsanto, la explotación de aluminio de Río Tinto Alcan, y la importación de combustible tan tóxico que es cancerígeno, me quiero largar a llorar y a hacer maletas.
Sí, es una salida cobarde la de irse porque este boliche de país es
una joda en muchas cosas. Sí, es iluso pensar que pasa acá y no en todas
partes.
No me digan "y por qué no hacés algo vos al respecto".
Yo no soy política, decidí que no iba a serlo a los 17 años. Me parece
que cada uno tiene su papel en el mundo, su propósito; y que es deber de
cada uno hacer su parte. Si cada uno hiciera lo que tiene que hacer,
viviríamos en un país mejor.
Como sociedad, tenemos problemas en muchos aspectos. Seguimos tirando basura por la ventana del auto o del bus como si nada. Llegamos tarde a muchas partes. Ensuciamos cosas y no pensamos en los que vienen después. Coimeamos... y sigue la lista. Hay problemas abajo también, donde estamos muchos, pero hoy quiero hablar de la parodia del poder, de los de arriba en el escalafón de mando, que se olvidan que no mandan para sí, sino en representación de nosotros.
No sé por qué en Paraguay les tenemos que andar detrás a nuestras
autoridades para que hagan bien su trabajo. Se les paga una millonada,
tienen muchos beneficios, trabajan en un fastuoso edificio de millones
de dólares mientras que hay niños que estudian bajo los árboles. Pero
no, se emperran en empeñar su futuro, el de sus hijos, el de todos, por
un puñado billetes.
A esos políticos les cuento:
No hay plata que garantice la cura contra el cáncer.
No hay billete que puedas comer si destruís el fruto de la tierra
No
hay volumen de dinero que te cure la codicia de más y que justifique
que haya gente muriendo por tu inutilidad como ente viviente.
No quiero hacer de esto una pelea de ricos vs. pobres, de los de
arriba vs. los de abajo, de civilizaciones y demás yuyos, pero no puedo
evitar preguntarme: en el Primer Mundo hipotecan también su futuro tan
descarademente como
hacia estos valles? O hipotecan el futuro de nosotros, los estúpidos que
nos dejamos joder?
Estoy podrida de que las cosas y decisiones trascendentes pasen por la plata y no por lo que conviene.
No sé vos, pero yo siento que me toman del pelo. No me gusta. Irradio ira.
No voy a entrar en detalle sobre los tres casos en cuestión, pueden
leerlos en los links marcados y Google les dará más respuestas. La
verdad no nos hará libres en este caso, pero por lo menos no pequemos de
indiferentes y desinformados.
¿Qué más temas están en la agenda de actualidad de Paraguay te hacen sentir frustrado?
¿Qué podemos hacer para que las cosas mejoren?
La hipoteca del futuro
Publicado por
VaneRV
on jueves, agosto 30, 2012
Etiquetas:
combustible,
editorial,
Monsanto,
Paraguay,
política,
Rio Tinto Alcan
2 viajeros que conversan:
Es que el cambio empieza por cada uno de nosotros, pero al mismo tiempo todos se escudan tras el conocido "si no lo hago yo, lo hará otro". Te dejo un link de cuando yo también me harté :)
http://diarioenfermoyprohibido.wordpress.com/
supongo que como se menciono, ya que este es el pais de los amigos puede que el cambio se de en romper las pelotas a los amigos, pero antes tiene que estar convencida una de lo que esta haciendo y tratar de en donde este hacer algo útil. Creo que aparte de lo que mencionaste esta lo de los ache http://www.abc.com.py/edicion-impresa/interior/carperos-abandonaran-hoy-las-tierras-de-nativos-ache-443748.html y que en alguna parte se mencionó que pensaban deforestar Mbaracayu, que espero en realidad que nunca pase
-Releena
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