¡Qué genial! ¡Llegó el día en que Chris y yo nos casamos!
La pregunta que más me hacen en estos días es si estoy nerviosa. De hecho, no siento que lo esté, aunque mis horas de sueño son muy cortas. Sólo me siento feliz, realizada porque llegamos acá y porque vamos a continuar.
Tuvimos muchas despedidas de solteros, desde compañeros de facultad, amigos hasta amigos de mis papás, y con cada grupo pudimos celebrar a nuestra manera. Los adultos nos dieron sus más lindas palabras de bendición (y nos dieron la opción de tener hijos "pronto" o "muy pronto", esas fueron las variables, pero mi papá salió al frente y nos dijo "cuando quieran y en el tiempo de Dios". Uf, gracias.)
Los amigos de la facultad celebraron con charlas, juegos de mesa y signature drinks hechas por el bartender Vik, en una tarde lluviosa (mi versión especial fue llamada "Black Orchid Vik-o Style").
Con los compañeros de colegio pasamos una noche de karaoke en la casa de una amiga, cantando músicas del antaño en formato MIDI. Fue refrescante cantar a los gritos pelados como en la época de colegio, pues éramos el grupo cantarín.
Y, finalmente, llegamos al 29 de mayo de 2010. Hoy son 28 años del día en que se casaron mis papás.
Hice un tremendo esfuerzo por despertarme tarde: salí ayer con amigos a comer algo, y charlar. Después de dar vuelta en la cama por horas, no me quedó otra que levantarme.
Eran las 6:40 am. Anoche estuve hasta las 00:50 fuera de casa. La agenda del día ya no incluye ninguna planificación. Me pasé literalmente toda la semana en el auto, yendo por Asunción a hacer labores de toda índole. Estoy HARTA de manejar y me alegra que voy a pasar unos días sin manejar. (oh-oh, falta retirar un vestido, e ir al shopping un rato, y... . Me callo nomás ya.)
Va a llover hoy, así que tuvimos que mudar la cena del Roof Garden al salón. Me estresó menos de lo que pensé (a Chris realmente le descolocó el cambio), pero le miro el lado bueno. Ahora la producción de fotos va a ser arriba. Esa es mi terraza; me apropié de ella, llueva, truene, haga frío o calor.
Así que hoy la agenda es: peluquería toda la tarde (menos mal que no voy a estar sola, me acompañan mi hermana, mi mamá y una dama de honor: Monika con K), luego vamos a prepararnos, lograr que los hombres de la casa se preparen a tiempo, y así... caminar por el altar, y salir casada del brazo de Chris. Me gusta, me encanta.
Las valijas para el largo fin de semana ya están hechas y el iPod está cargado. Pasamos en hotel las dos noches en Asunción, luego partimos para la Riviera Maya, nuestro primer viaje juntos. Eso sí que va a ser un show.
Chris hace mucho me prometió que iba a llegar un día como hoy; y cumplió. Todo se dio, Dios nos guardó hasta acá y nos dio la actitud, la entrega y todo lo que se necesita para superar lo que pudo haber deshecho nuestro amor, que nunca se acabó y sólo creció sin medidas.
Así que esta bloguera se despide, comienza un nuevo viaje en su vida. Me voy a ser feliz, porque ser feliz es una actitud. ¡Sean felices ustedes también!
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