Resurrección de la Teletón, resurrección de la Esperanza
El momento en que se transforma el alma de un país es cuando se ve que SÍ, SE PUEDE.
A las 22:00 del viernes, arrancó de vuelta, después de 3 años de ausencia, el tradicional show de 24 horas de Teletón en Paraguay. Impactantes figuras de los medios y del mundo del entretenimiento alentaban desde las pantallas a abrir el corazón y el bolsillo a niños con necesidades especiales: se vio a Yolanda Park, Menchi Barriocanal, Arnoldo Weins, Chiche Corte, José Ayala, Oscar Acosta, el internacionalmente famoso Don Francisco y muchos más que estuvieron firmes, y sin vergüenza, animándonos a ser parte del desafío.
Esta ausencia de tres años parece breve, pero durante ella pasaron muchas cosas. La Teletón Paraguay, en el 2005, estaba sumida en demandas de parte de sus funcionarios por sumas siderales; estaba embargado el tesoro de trabajo de la organización: su centro de rehabilitación. Las manos ladronas no son ajenas a los proyectos solidarios, y algunas estuvieron presentes en los últimos tiempos de esa Teletón.
Los beneficiados, niños y niñas con necesidades especiales de fisioterapia y rehabilitación, aguardaron. Sus familiares aplicaban los ejercicios a los chicos, mientras la Teletón se debatía entre la vida y la muerte.
Pero esa era la vieja Teletón. Un grupo de valientes empresarios, hombres y mujeres, tomaron el desafío de asumir la culpa ajena, pagar sus deudas, salvar el lote del centro de rehabilitación. Todo sin mayores ruidos, sin la posibilidad de usar una marca desprestigiada con el curso de los años. Su obra fue en silencio. Habrá sido dura: yo personalmente odio asumir responsabilidades ajenas.
Pero del pozo -no del suelo, del pozo en el que estaban sumergidos- resurgieron.
En Agosto de este año, presentan su primer respaldo importante. Interbanco decide ser el Banco de la Teletón, poniendo a disposición sus sucursales para recaudación de fondos. En una interesante charla en Canvas, atendí en detalle al respaldo que traían, a la promesa que hacían. Les creí desde el principio.
Cuando íbamos al Centro de Eventos de la Universidad Americana -lugar del evento-, ese sábado 1 de noviembre, hablábamos acerca de la inmensa suma: 4 mil millones de guaraníes. En el grupo íbamos Rodri y Ruthy, dos ex compañeros de colegio, y Dani, asiduo compañero de salidas sabatinas. Dani temía que no llegáramos a la meta. Yo estaba segura de que sí se llegaba, y no por una cuestión de fe. La gente de la Teletón puso la meta de 3,500 millones el miércoles. El viernes se vio que era 4 mil millones de guaraníes. Si esperaron a último momento para decir la meta, y la aumentaron al final, es porque sabían lo que hacían.
Los números son muy fríos sobre la mesa: el Plan de Marketing de las empresas estaba cerrado por el año, pero movieron 10 millones de aquí, 20 millones de acá, y BUM! Aparecieron cheques desde 2 hasta 450 millones (gran siete, todos feroces cheques). Se firmaba contrato para aparecer ahí, y con cheque en mano, nada de promesas, que de eso no se sostiene un Centro de Rehabilitación. No es todo muy loable tampoco: en Marketing se llama Responsabilidad Social Empresarial, y ayuda a hacer construcción de marca (que la gente se acuerde de vos mejor que de tu competencia, que estés en el Top of Mind, etc.) y ponés un poco de cara linda ante el Estado Paraguayo, que anda como Inquisidor de quienes están moviendo mucha plata.
Las donaciones que recuerdo, y espero que aparezca en los medios una extensa lista, son (en Guaraníes):
-Interbanco: 450 millones
-ABC Color: 180 millones
-Universidad Americana: 186 millones
-Farmacenter: 50 millones
-Visión Banco: 60 millones
-Colegio San Andrés: 2 millones (más 5 millones que donó Nivea porque se presentaron con otro equipo en uniforme de hockey)
-Personal (donaciones de clientes por mensaje): 160 millones
-Killkenny: 8 millones
-Yacht y Golf Club / Cháves Construcciones: 10 millones
Y vi cheques de desconocidos, empresas y personas, por 20, 30 millones de guaraníes. Sorprendente.
Teletón es la prueba de que no todo es maldad en la vida. Hay gente a quien le importa, y que está dispuesta a hacer bien las cosas.
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