No doy con mi genio...

Me consuela saber que ya pasé tres años perdida en cada inicio del semestre, y que siempre salgo viva y salgo bien. Así que, una vez más, no me desesperaré.

No me desesperaré ante los profesores que nos tratan de ineptos ignorantes por no responderles recitando.

La clase es un bodrio. Parece que no le sigo el hilo a nada. Mismo si son las diapositivas del profesor de Periodismo Interpretativo, que viene a cambiarme el paradigma enseñado por 3 semestres acerca de las divisiones del periodismo. En realidad, no estoy segura si cambió realmente, pero hay una variación que todavía no me tomé la molestia de descifrar por completo.

Me limito a copiar lo que dice en el pizarrón, el reflejo de las diapositivas. Agrego ligeramente cosas que cazo por el camino, que quizás me sirvan más adelante. Habló de una tarea, un trabajo, qué se yo, para dentro de 15 días, que no tengo ni idea. Lo peor es que parece que nadie cazó. Me siento sola.

Sola en muchos sentidos, realmente. Bruno y Chris están en la otra punta de la clase; Bruno está pegado al enchufe, para cargar su laptop. Chris está a su lado, más al fondo, durmiendo. Yo estoy en el medio de la clase, porque acá la acústica es menos patética. En otros sectores, no se entiende virtualmente nada de lo que pasa adelante. No quiero sumar más cosas para seguir sin entender qué pasa en la clase.

Ya llegarán los parciales, los trabajos. Ya me estoy llenando de fotocopias, y me sobran 1.500 Gs de los cien mil que tenía para gastos. Ya me estoy quedando sin dinero, y no me gusta.
Al menos sé que tengo todas las fotocopias que debería tener.

Ah, y tengo hambre. Siempre tengo hambre a esta hora. Cenar engorda, y cenar comida chatarra es peor. Pero es mi única opción. Pero hoy elijo morir de hambre, por no engordar más y porque no tengo suficiente dinero para comer. Jajajajajaja

Retomé la facultad. Cuarto Curso. Faltan 2 años. Quiero acabar yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Al final, había sido nunca explicó la tarea que dijo. Ahora sí ya entiendo. Vieron? No todo está perdido.

Soy muy haragana. Estuve pensando, podría terminar la facultad a partir de ahora, sólo reciclando trabajos. No tengo ganas de hurgar en nada nuevo. Perdí la avidez por escarbar en temas curiosos. Ahora dan una tarea, y ya pienso cuál de mis trabajos de semestres pasados voy a reciclar, por ahorrarme el esfuerzo de hacer el nuevo trabajo. No pensé llegar a este nivel de haraganería. Me sorprende lo bajo que puedo caer.

Perder las ganas de conocer se siente como perder las ganas de vivir, de hacer lo que hacés. Se siente como un vacío existencial, como una carencia de propósito. Dicen que cuando dejamos de aprender, morimos. Yo ya estoy en eso parece, pero por haragana.

Kaigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.

Quiero sentir avidez por venir de vuelta a esta universidad. Los días que más disfruto son
miércoles y viernes, porque no me tengo que venir a chupar clases bodrio hasta las 10pm.

Es el colador, para que salgamos si no perseveramos. Este nicho de bostezos le puede hacer salir a los flacos de espíritu. Pero yo no, y no por mi terco espíritu. Mi mamá me mata si salgo, y creo ver la luz al final del túnel. El programa de estudios promete que la cosa se pone más divertida el próximo semestre.

Ahí vamos a otra cosa. Por qué tiene que ser divertido? Por qué me tiene que gustar lo que hago? Por qué no es suficiente el deber de hacer algo para hacerlo? Estaba pensando en que por ejemplo, podría trabajar en algo que no me gusta, y satisfacerme con las metas que obtengo por trabajar –como viajar, comprarme cosas, hacer el bien con lo que obtengo financieramente. Pero no, no me conformo con eso. Quiero ganar dinero y que me apasione lo que hago. Pero siento que a los 6 meses me desgasto. Siento que me gustan las ramas, pero no el tronco de lo que hago.

Pequeñas grandes encrucijadas de la vida. Mi complejo de Peter Pan no se va del todo, y acá estoy, 22 años y 4 años de facultad, y todavía renegándome a crecer. Patético.

Hallo placer en cosas antagónicas. Como ayuda social y moda, por ejemplo. Lo hueco y lo denso. Tengo la constante necesidad de encontrarme con cosas nuevas, de salir de la rutina. Me siento todavía incómoda en donde estoy, y nadie dice que a los 22 debería sentirme satisfecha con la vida, pero al menos debería sentirme encaminada hacia algo. Honestamente no lo creo. No siento que avanzo hacia un proyecto de vida, y eso me desespera.

1 viajeros que conversan:

florence dijo...

te entiendo tanto, debe ser que el periodismo nos pone así

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