La espada de la lengua: sus orígenes y su estado actual

Tengo una habilidad con las palabras. A veces para bien, a veces para mal.

Sin ánimo de justificarme, ese "talento" se remonta a mi infancia, particularmente al inicio del colegio. Siento que, de chica, tuve que tragar el gusto amargo de la maldad. Y la maldad infantil no es para menospreciar, los que tuvimos el placer de conocerla sabemos que es de alto impacto. En clase, era hija de una profesora del colegio y, encima, mi familia era evangélica. En pleno colegio anglicano (pero lleno de familias católicas), y en un momento de mucha presión sobre creencias diferentes (por no decir persecusión religiosa), mis compañeros se esmeraban para hacerme sentir menos.

Tengo en la mente escenas como un día lluvioso, en donde sólo dos compañeras salimos al patio porque teníamos esas botas de goma, y cuando terminó el recreo, me exiliaron del grupo sólo porque traje botas. Cuchicheaban, me quitaban la silla cuando me iba a sentar. Ridículo, pero marcante. Recuerdo también cuando un día, en vez de orar con las manos juntas, oré con las palmas de las manos mirando hacia arriba, como veía que oraban en mi iglesia. No les puedo explicar la cara y las palabras de desaprobación de nenes de 4 años, a esta personaje que no tenía idea que eso significaba asociarse a una "secta". Y cuando venían a preguntarme si "era cierto que nos íbamos a una iglesia satánica en familia, porque eso dijeron en su casa", UH! Es medio complicado responder eso con 5 años.

En ese contexto, traté de salir con la frente para arriba, por terca y por necesidad de aceptación, dos características que aparentemente voy a llevar a la tumba. Sacar buenas notas resultó ser otro motivo para el exilio, la adolescencia tampoco fue muy buena conmigo. Tantas cosas que hasta dan vergüenza recordar, aunque lo recuerde en el silencio de mi mente. No digo que siempre fui una víctima y que fui una santa martirizada; me engorré en un proceso de causa-efecto como si fuera un círculo vicioso, donde hería porque me sentía lastimada, y me lastimaban porque hería. Reconozco eso.

Así como me tragué la maldad, usé la maldad para defenderme. Reconozco que estaba constantemente a la defensiva. No perdonaba una bala que me rozara, me daba la vuelta y disparaba como metralleta al corazón de la gente. Encontraba deleite en eso, en ver que la gente me hería era fulminada en instantes. Habré puesto una cara casi maligna en mi infancia, viendo que me salía con la mía cuando me trataban de fastidiar. Hay gente que ligó balazos gratis, sólo porque yo vivía en estado de alerta. Y por esos balazos repartidos gratis, mi mamá siempre me hizo pagar. No defendía que yo me defienda de manera tan hiriente y me castigaba también aunque el receptor se lo merezca, pero el castigo no me quitaba la sensación de victoria sobre la gente malintencionada. (Creo que sueno casi psicópata a esta altura del campeonato.)

Con eso crecí, así me forjé. "Every man for himself" (Cada hombre por sí mismo) era mi motto, y me encargaba de lidiar con cuanta alimaña se me cruce por enfrente (y como alimaña miraba a quien me quería jugar sucio). Y cuando no podía más, salía un sólo amigo a sacar pecho por mí: Santi, que además de compartir la sangre (también es Vaesken de madre), tenía esa habilidad de detectar cuando estaba acorralada y me sentía indefensa, y ponía orden en el boliche hasta las últimas consecuencias. Incluyendo esa vez que le echaron de la clase por defenderme, y se paró conmigo afuera de la puerta, y mientras yo lloraba por ser expulsada de la clase, me dijo que él le iba a explicar a mi mamá la injusticia que pasó. Estudió Derecho y Ciencias Diplomáticas, así que eso ya se veía venir.

Pasan los años, uno se afianza en lo que cree, uno va descubriendo la persona que quiere ser y trata de alinear su vida a ese estándar de calidad al que uno aspira. El descubrimiento del siglo: no es fácil, no nace tan espontáneamente. Y en los momentos más inesperados, nace de lo más adentro de uno, cuando la gente te toca en el punto de dolor, como si fuera un botón para activar "modo lengua salvaje: ON."

Me desempeño en un ambiente que exige lengua filosa, respuestas rápidas. Hay gente que tiene la habilidad de ofenderte sin que te des cuenta, o te ofende tan magnánimamente que no sólo te deja sin palabras, te deja sin aliento. Después te vas pensando en lo que hubieras dicho si tan sólo hubieras tenido las palabras correctas para decir en ese momento. Mi cerebro se desliga en esos momentos y usualmente no puedo responder, y cuando se me pasa la ira, reconozco que es mejor que no haya encontrado las palabras para decir, porque el lío en el que me hubiera metido iba a ser TREMENDO. Y, cuando logro defenderme sin más daños colaterales que poner orden y sentir que me hago respetar, todavía sonrío adentro, por el inmenso logro de haber hecho sin masacrar a nadie.

Ayer despertaron en mí esa "vieja Vane". Sentí que podía salir a buscar a todas esas personas, y darles un pedazo de mi mente, una a una, y no parar hasta masacrarles. Cuando se trata de mí, ya aprendí a moderarme, pero que hablen de alguien de mi familia despierta mis más básicos instintos y ahí no hay quien me pare. Vuela la Palomita y se queda una Vane desmesurada. No me enorgullece, pero soy sincera: es así.

La ironía es que hace semanas venimos hablando del poder de la lengua en el Estudio Bíblico. La lengua, con su doble propósito: de edificar o de destruir, de ser partícipe de cosas productivas o destructivas. Cuando me encontré con este sentimiento que me sobrepasaba, que despertaba esa ira que hace mucho no conocía, traté de mentalizarme para ver cómo podía hacer dos cosas de una: sembrar bien, y hacer justicia. No siento que esta historia esté acabada, me siento tan exaltada todavía con el sentimiento, que esa gente "nominada" no está a salvo de mis palabras. No sé si alguna vez lo estará.

Así que ésta va a ser mi eterna lucha. Usar la lengua para bendecir, o para masacrar. Encontrar el equilibrio entre hacer justicia y excederse en sobremanera. Ya no puedo cambiar lo que viví, sólo decidir qué hacer para que esa experiencia resulte edificante y productiva.

Qué lucha, señores.

Reflexiones en el teclado

(aviso: estoy filosófica hoy)

Estoy leyendo la biografía de Steve Jobs, y además de descubrir cómo se forja un genio, también se te cae un ídolo (es una expresión, antes de que se corten las vestiduras mis seguidores religiosos) y te pone a pensar en qué estás haciendo vos de tu vida.

Cuenta la historia que a Jobs, sus papás adoptivos le reforzaron la idea de que era especial. Y él se lo tragó entero el cuento. Además, pasaba tiempo con su papá, aprendiendo sobre su oficio y descubriendo su propio ángulo de pasión: el papá era mecánico, y Steve descubrió la electrónica en el camino. Con menos de 12 años estaba armando transistores. Qué se yo. A los 12 yo estaba jugando tetherball. Nada ingenioso. Y con 25, me rompe el coco pensar en el foco de la luz dicroica, y no entiendo la diferencia entre watts, vatios, voltios, lo único que sé es que algo tiene que ver con que los focos me exploten cuando los cambio.

Hasta es un poco masoquista compararse con la genialidad de Jobs, lo único que me consuela es que él a los 25, no tenía su vida ensamblada, estaba lejos de ser la eminencia que era antes de morir. Estaba "en construcción" aún. Y yo no sé por qué, siento la presión del mundo de que a los 25 tenía que tener la vida armada: mi casa propia, ser CEO de una empresa multinacional, qué se yo. Ese espejismo de Mark Zuckerberg millonario antes de los 30, nos cala hondo a los de nuestra generación. No sabemos que con esos billones también hay noches sin dormir, relaciones sacrificadas, y se piensa para adelante. No es que hacés billones y te acostás a dormir. El dinero no es un fin, es la consecuencia del trabajo y de la entrega al mismo.

La cosa más impactante (e hiriente) que me dijeron en el año es: "vos podés más". No me lo dijo una persona, me dijeron 2 de mis mejores amigos, en momentos totalmente diferentes, sin saber que el otro lo decía. No sé qué significa eso; en su cabeza yo soy digna de un Doctorado y de un rango gerencial a nivel regional, cuando en realidad hasta yo me burlo de mi título de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, y en lo laboral no creo que estoy tan mal.

Y bueno, supongo que puedo más; siempre se puede más. Dicen los colegas de Jobs que él siempre les empujó a hacer cosas que ellos decían que no podían hacer. Dijo Jobs que un jefe le dijo: "si actuás como si fuera que podés hacer algo, entonces funcionará. Pretendé estar en completo control y la gente asumirá que lo estás."

Al final, no se trata de lo que la gente espera de uno, o de lo que la gente crea que sos o no sos capaz de hacer. Tengo que reconocer que mi techo me lo pongo yo, y que soy yo la que establece para dónde ir y hasta dónde llegar. Hay que apartar las expectativas de la gente, y reflexionar en lo que uno espera de sí mismo.

Y en eso estamos.

Obsesión Navideña

Tengo un grado de obsesión con algunas cosas. Con la limpieza, con ir de vacaciones. Con artefactos de cocina. Con la comida. Con viajar. (Bueno, basta.)

Y, cuando llega la temporada de Navidad, se despierta en mí una curiosa e incontrolable sed por objetos decorativos navideños, como la de los vampiros por sangre (?). Ok, eso no fue tierno.

Sí, ya van a salirme con el cuento chino de que es una época comercial, que todo es acerca de recibir regalos y nada de dar, pero la Navidad es lo que cada uno decide que es en su corazón, para sí y para su familia. Para mí la Navidad es como el Día de Acción de Gracias, en el sur y pleno verano: con un pesebre cerca y aroma a flor de Coco y petardos, recordamos el nacimiento de Jesús, el más grande regalo que dio Dios a la humanidad. 

Bueno, tras esta introducción del significado de la Navidad a nivel personal, para mí este sentimiento se tiene que enmarcar en un ambiente festivo, como se celebran las grandes ocasiones de cumpleaños. Por eso, la decoración sella un momento sumamente especial. Navidad sin decoración ("contexto", si nos queremos poner sociológicos) es la cosa más deprimente que hay. Estuvimos así en el 94, mi mamá se acababa de operar, mi hermanito bebé tenía meses y éramos un desbole tal que nadie podía decorar. No contribuyó a hacer que la pasemos mejor, el no tener un arbolito o una guirnalda en toda la casa.
Pero bueno, pasando de vuelta al humor más festivo, comparto acá algunas observaciones de las tendencias y gustos personales sobre la decoración de las Fiestas de Fin de Año.

Centros de mesa diversos, súper trabajados. (Universal Import)
Los colores clásicos: rojo y verde, hace tiempo ya fueron acompañados de mayor presencia del dorado o del plateado. Hoy todos los colores son partícipes (hasta el negro!). Algunos ya son muy girl power, pero todo es bienvenido!

Árboles inmensos, dignos de los grandes Halls. Acompañan cintas, plumas, globos, luces. (Universal Import)

Vanguardismo en un árbol de Navidad. Accesorios en blanco y negro. (Universal Import)

Las guirnaldas ya no son sólo para balcones o marcos de la puerta, los lugares importantes como las chimeneas ya cobran protagonismo.

Todos los rincones más importantes se merecen una guirnalda iluminada. Una idea es ésta. (Universal Import)
La luz es protagonista clave de la decoración. Las casas dan la cálida bienvenida desde la misma entrada de la casa, por los marcos de las puertas, por los balcones... Creo que con los foquitos se puede acompañar a una guirnalda decorada, entonces de día, cuando están apagados, luce la decoración; de noche encuentra su máximo impacto con la iluminación.

Los árboles son los reyes de la decoración. Majestuosos de pies a cabeza, ahora ya son más temáticos que una sencilla recolección de todos los globos y accesorios que sobrevivieron a los años anteriores. Rompí tantos globos de cristal en mi infancia, que mi mamá los cambió por unos de plástico. Está de moda poner los pollerones para tapar las patas del arbolito, y encima ubicar los regalos. 

Cuando el "girl power" domina la casa, nada mejor que un árbol con accesorios pink. (Universal Import).
La cocina, lugar que cobra protagonismo en los más modernos hogares, ya tiene accesorios personalizados para que la Navidad se haga presente en todo lugar. Es hora de guardar las remeras recicladas para trapos, quitar las manoplas manchadas y quemadas, y poner el espíritu navideño en posadores de alimentos, los palitos para entradas, los porta vinos...
Posavinos, un detalle cálido para la cocina. (Universal Import)

Para la cocina, entonces pasás una Navidad más navideña que nunca! (Universal Import)
Es nuestra primera Navidad en nuestra casa, entonces estábamos con el dilema de la ambientación de Navidad. (Bueno, yo nomás tengo ese dilema, a Chris medio que no le estresan esas cosas). Suspendí toda compra navideña a cambio de unas vacaciones en enero, con mi familia. No pensé que me iba romper el corazón andar con tanta purpurina demabulante y yo, y casi paso a cantarle a los árboles de Navidad "Navidad sin Ti" de Marco Antonio Solís.

Me fui a "tomar prestadas" algunas cosas de la casa de mi mamá, y a pesar de que ya le entró oxígeno navideño a nuestro hogar (con Chris), nunca es suficiente, señores. Nunca. Entonces mamá me compra una guirnalda y unos moños, ante mi debacle de "cómo hacer que se sepa que en mi casa hay Navidad desde la calle", para que ponga por el balcón.
Espíritu navideño, hasta en el baño. Decime si no va a arrancar risas a los invitados! (Universal Import)
Me torturé caminando por Universal Import, una de las casas de importación de cosas navideñas más grandes de Asunción. Quería todo. Hasta hice el cálculo de cuánto me iba a salir comprar todo lo que quería. Salí con el sentimiento de vacío, pero feliz de haberme encontrado con multitud de belleza de cosas.

Y, cuando pasé por Feria Asunción para comprar un regalo de baby shower, me dije "me voy a pescar una vueltita a modo de paseo por arriba". 

Ilusa. 

Me subí y ya perdí la cordura. Habrá sido la época del mes (?) en que las hormonas me dominaron, pero abrazé a un pingüino invernal que va por la plantera y le dije "te quiero". Agarré globos, y una que otra cosa colgante, rayé la tarjeta y puse cara del gato con botas de Shrek a mi Señor Marido cuando llegué con bolsas a casa. "Lo siento, no me resistí". No me culpó. (También, se ganó el premio a la compra más ridícula del año con un Angry Bird de peluche que es nuestro centro de mesa hasta que se le pase la novedad).

Para las casas más clásicas, con chimeneas, unas botas para acompañar. Pollerones para arbolitos de Navidad. (Universal Import)
Soy fan de las decoraciones con el Snowman y los renos. (Universal Import).

No sólo redondos: muchas formas (y tamaños, y colores, y tonos, y brillos) de globos para cargar el árbol. (Universal Import)

Hay camineros más serios, pero éstos están un encanto! (Universal Import)
No puse arbolito porque mi papá no me dejó llevar el de casa, que este fin de año la va a pasar muy mal en la caja, encerrado y con las ramas plegadas, porque ellos se van de vacaciones el uno de enero. Según él, que no va a entrar en mi departamento. Según yo, un arbolito que mida menos que yo es una tomadura de pelo. Así que cuando me dé el presupuesto, me compro uno de 2,20 mts y le pruebo que no tiene razón. O sí.

Nó sólo de globos y cintas vivirán los árboles: estos novedosos accesorios dan volumen al árbol. (Universal Import)

Todas las variedades de globos, texturas, tamaños... (Universal Import)
No les traigo soluciones para la desgracia de que caiga domingo la Navidad Y el Año Nuevo. No se intoxiquen con comidas y bebidas para tener "reposo", que no es simpático y sale caro, encima enero es conocido como "el més más largo" a nivel bolsillo.

Caso aparte, disfruten decorando y pasando el tiempo en familia!

Si no sos paciente para esperar a los regalos, podés comprar estos y cargar la parte de abajo del árbol. (Universal Import)

La Vecindad

El condominio de departamentos en el que nos mudamos, es un estilo de vivienda no muy usual en Paraguay. La mayoría de las personas reside en casas; se pusieron de moda los dúplex, y ahora hay más opciones de departamentos, pero es difícil encontrar espacios con más de un edificio, que pertenecen a un condominio. En nuestro caso, 4 torres, 33 departamentos en total, de los cuales 18 son de un dormitorio, y los demás de dos dormitorios. Es evidente que está hecho para familias cortas.

Para mí, este nuevo "estilo" de vida es un cambio, en muchos aspectos. Primero: pasé de un caserón de 400 m2 en el cual viví toda mi vida, a un departamento de 45 m2. Cuarenta y cinco, literalmente. Googleé "cómo decorar departamentos pequeños" y me sorprendí de las soluciones que daban para departamentos de 20 metros2 (mucho más chicos que el nuestro!), y tomé como sugerencias algunos aspectos. 

Cuando suceden estas mudanzas importantes en tu vida, te pone el cachivacherismo* en perspectiva. En mi casa de soltera, como único ejemplo, comento que había 15 cucharas de madera en la cocina (sólo Dios sabe por qué), mientras que acá me entran 2. No hay lugar para guardar cosas que no usás. Ese es el encanto de los espacios compactos, que te desafían a ser prácticos.

El día que nos mudamos, el condominio irradiaba alegría: todos estaban entrando con sus pertenencias a un lugar nuevo. No sé si alguien estaba más feliz que nosotros, pero vi muchas personas, solas, en pareja, en familia, felices por el nuevo espacio. Los que estábamos en los pisos inferiores hacíamos logística de subida de sofás, colchones y demases por las barandas (las escaleras no eran muy anchas) y creo que no soy la única que observaba el movimiento de los demás. 
Y, durante la primera semana, la Vecindad era un espacio abierto. Nadie pensó en el petit detalle de las cortinas, así que todos nos mirábamos y mirábamos las vidas en el interior de cada departamento. Desde la familia que canta karaoke de madrugada entre semana, hasta la señora que no deja de repasar la casa, la empleada que le pone cumbia a la pobre criatura cuando los papás se van a trabajar.

Con el pasar de las semanas, la gente fue colocando cortinas (sólo vimos un caso de una olvidadiza vecina recorriendo en corpiño, pero no pasó a mayores), y la gente fue montando sus hogares. Siguieron llegando camiones de sofás (tengo la hipótesis de que los vecinos veían el sofá que uno compraba y llamaban al negocio a comprar el suyo, porque la gente de Milenio Furniture vino mil veces acá), televisores. Incluso mi vecino (que sé que vive solo) se fue y se compró Feria Asunción, de UNA. Compró todo lo que quiso, evidentemente. Yo sigo ahorrando para comprarme un mueble, dicho sea de paso.

Y ahí entra el segundo factor muy diferente en estilo de vida: tener vecinos visibles. No hablamos con ninguno más que con una ex-compañera de facultad que vive en otra torre, pero nos solemos cruzar con los vecinos, todos muy sigilosos. La de arriba de nuestro departamento VIVE en tacos altos, juro que ni los sábados se los quita. 

Ahora hay una batalla tácita (de esas que nadie habla, pero que es obvio que hay) por el mejor balcón: la gente comenzó a colocar planteras, sillas y demás. No me está resultando fácil encontrar los accesorios que quiero para mi balcón, y mi mamá ya colaboró con unas planteras. Pero a donde vaya, estoy mirando accesorios de decoración y buscando ese toque que diga "wow! acá estoy!" desde mi balcón. 

Con respecto a las plantas de mi mamá, estoy haciendo un santo esfuerzo para cuidarlas; no sé si tiene que darle luz o sombra, pero las riego todos los días, eso es lo que sé. Pero no me parece que esté resultando. Dicen que para tener un hijo, primero hay que tener una planta y después un perro, y luego de que los 2 sobrevivan, se puede tener un hijo. Si es así, creo que estoy a años luz de un bebé.

Así que así se siente vivir en La Vecindad, toda una novedad para nosotros.

*Cachivacherismo: el arte de acumular cosas innecesarias, por valor sentimental o porque se cree que algún día se podrá necesitar.

El 22/10 caminamos con solidaridad y patriotismo

 Hace 15 años, la Fundación Dequení viene haciendo una de las movilizaciones solidarias más grandes y tradicionales de Paraguay: la Caminata de la Solidaridad, que cada año pone énfasis en un aspecto de la infancia y de las familias.

Este año, vinculado al Bicentenario, el claim "Caminá con solidaridad y Patriotismo" presenta a la solidaridad como un factor de progreso a lo largo de la Historia del Paraguay.

Esta vuelta me parece que va a ser particularmente lindísimo: el recorrido es por el microcentro histórico de Asunción, salimos desde la Plaza de la Democracia a las 09:00 hs, y vamos hasta el Cabildo. (en años anteriores se hacía por la Autopista hasta Ñu Guazú y desde Luque hasta el mismo punto).

 
Para destacar, esta fundación me parece que hace un trabajo de desarrollo autosustentable ("enseña a pescar y no regala peces", como dice la frase) y los frutos son evidentes en los testimonios de muchas familias que se comprometieron a tomar riendas de su destino y permitieron que esta ONG les guíe en los pasos para cambiar su situación de pobreza.

Para el sábado 22 marca lindo tiempo en Asunción, así que no hay excusas!

Afiche del evento

Conversan la de 25 y la de 20

Francamente, si la Vane de hace 5 años (tenía 20 pirulos) se encontraba con la Vane de ahora (que tiene 25 no-tan-pirulos), no le iba a creer que:

  • Dejó de tomarse todo a pecho, se toma la vida (un poco más, aunque sea) con soda.
  • Dejó de esperar que le agradezcan, ahora ya sabe la diferencia entre "es tu trabajo hacer" y "correr la milla extra". Y por ninguno de los casos, espera un "gracias". Ni del trabajo, ni de nadie (excepto de su marido, que no se da cuenta de lo inmaculada que es su casa hasta que ella deja de arreglar tipo huelga.)
  • Detesta irse a la peluquería.
  • Se cansó de estudiar, por la fobia que le generó su última experiencia académica. No obstante, está planeando estudiar para enseñar y que otros pobres prójimos no tengan que pasar por su mismo sentimiento, además de estudiar otro idioma.
  • Toma café cebado de la máquina (hábito que adquirió gracias a su marido, después de 24 años de tomar Nescafé toda su vida).
  • Un día aceptó que no iba más a entrar en su ropa que usaba cuando tenía 18 años, y se deshizo de TODO. Fue un importante paso de aceptación (además de crecimiento, esa miniblusa de Minnie la verdad que ya no daba)
  • No tiene tantos ahorros, y después de gastar años de ahorro en su boda, perdió ese lindo hábito por un buen tiempo, pero lo está retomando por su sanidad mental.
  • Tiene unas facturas a su nombre que paga todos los meses (en serio, la Vane de 20 años creía que podía posponer mucho tiempo vivir sin compromisos financieros).
Por supuesto que la Vane de 25 años, le mira a la Vane de 20 años y le diría:

  • Disfrutá más, aceptate más. 
  • Disfrutá del camino, no pienses sólo en el destino al que querés llegar.
  • No tenés por qué hacerle caso a todo lo que se mueva y necesite ayuda. No sos un mesías ni superhéroe.
  • No te pelees con tu abuela, no está bien de la cabeza, en serio. No es que es mala precisamente.
  • Hay gente buena que hace cosas malas. No por eso es mala persona.
  • No estaciones muy en la esquina, que los autos cuando doblan pueden chocarte y mover el tren trasero del auto que tu mamá te prestó.
  • A veces, tu profunda tacañería te va a resultar en más gasto. Como cuando llamaste desde Cancún a tu mamá, pensando que alquilar una laptop por USD 5 te iba a salir más caro. Acordate que aunque te salga más barato en dinero, te puede salir más caro en tiempo, tranquilidad y paz.
  • No pierdas el tiempo con indecisiones ni gente indecisa. Valés más que eso.
Y eso no significa que me arrepienta de nada, aunque si me arrepintiera de algo, ¿qué tanto? Con tal de que no me martirice por ello, todo bien.

Y se hizo (la cuenta de) luz

Creo que alguna vez les mencioné que tenía pavor al compromiso... con las cuentas pendientes. La que encabezaba la lista d este miedo era la factura de Electricidad (que, en mi presupuesto, viene primerita hasta por orden alfabético: ANDE - Administración Nacional de Electricidad).

Después de la mudanza, no me quedaba claro cuándo vendría la factura. Me puse impaciente y pregunté al dueño si sabía algo; y entonces apareció la bendita factura, con un ítem que se llama "depósito de garantía" (aparentemente le cobran al usuario tras la instalación del medidor). Después de muchas idas y vueltas, acordamos que no me corresponde pagar a mí. No obstante, lo tengo que pagar, 24 hs después de que se nos entregara la factura, y voy a pagar el triple de lo que pagaría si sólo tuviera que pagar mi parte.

En cuanto al consumo, vino un poco menos de lo que calculamos. Yo ya estaba por ver las estrellas de la preocupación por la posible cuenta. Es que viviendo en una casa con termocalefón (que nunca tuve en mi vida), 2 aires tipo split (que mi marido no puede ver apagados, él siempre tiene calor y yo ando liada con colcha por el departamento), los focos para luz dicroica (16 focos que ya me anticiparon, "salen caros y consumen bastante", aunque algunos sitios web desmienten lo que se me dijo)... me esperaba una factura bastante más elevada.

Aparentemente, estos hábitos de ahorro de electricidad ayudan, y les comparto por si quieran bajar más la cuenta de la electricidad:
  • Usar luz natural en los momentos que se pueda.
  • Desconectar los equipos que no estén en uso (incluso los cargadores de celular)
  • No utilizar varios equipos para un solo enchufe. (con el único enchufe para el TV, DVD, Wii, Radio, Router/Modem, Laptop, decodificador de TV... en ese sector no nos queda otra).
  • Bajar la temperatura del termocalefón (25-30º es suficiente, mi configuración estaba en 40º, con razón me quemaba!)
  • Estudiar cuáles equipos consumen más electricidad y moderar su uso. (Para  Paraguay, esta tabla es muy completa y actualizada, promediando el costo en Gs. según hs de funcionamiento).
  • Aprender a calcular el consumo leyendo el Medidor (acá está un documento que te enseña a leer el medidor, en Paraguay. Ya me fui a practicar y descubrí que para este nuevo periodo, casi consumimos el 85% de lo que consumimos en el período anterior. Así que hay que moderarse!)

Yo sé que a nadie le importa, pero hoy tenía toda la intención de ser ahorrativa, ir a pagar en la Casa Central de la ANDE y ahorrar Gs. 7.000 (USD 1,50) de comisión por pago en bocas tercerizadas. Sí, menciono el monto porque es una estupidez, dicen por ahí que "cada centavo cuenta". Pero como establece la Ley de Murphy, algo tiene que evitar las buenas intenciones. 

Diluvió en Asunción y me resigné a volver a la oficina y pagar por la Web del banco, con el interesante mismo pánico de siempre al probar algo nuevo: la posibilidad de equivocarme. Encima cuando se trata de dinero, más me fastidia la posibilidad de error. Aparentemente todo salió bien y ya pagué la cuenta. 

Creo que la novedad se me va a pasar el próximo mes, y mientras tanto me voy a distraer obsesionándome por medir cada tanto si, con las medidas previsorias, los numeritos en el medidor no incrementan tan galopantemente.
No me cae muy bien octubre.

Me pesan 10 meses del año, y hay momentos en que me encuentro fantaseando con unas vacaciones. Mi desesperación llegó al punto en que imaginé que mandé un correo electrónico en la oficina donde anunciaba que "me las tomaba", dos días después, y que iba a desaparecer de la faz de la tierra.

Soñé que, al llegar a casa de la oficina, no tenía valija y me estaba preparando para ir a Miami. Metí en un bolsón de computadora 1 toalla, el bikini, dos vestidos y mi zapatilla, con eso marché al aeropuerto.

No puedo explicarles la desazón que sentí cuando me desperté.

Ya no me consuela pasearme por Trip Advisor, ni calcular precios de pasajes en Travelocity, leer reviews de lugares y foros de viajes. No me da ánimo planear las vacaciones de mis papás y hermanos. La realidad alterna ya no me basta.

Yo sé que no estoy pasando hambre, no estoy enferma y que mi problema es el menor de los problemas del mundo. Pero me pesa sobre el alma el cansancio que tengo, eso que duermo y no descanso cuando cierro los ojos.

Sugerencias para decorar un departamento pequeño


Mi decoradora interior frustrada se está dando el gusto, leyendo notas de decoración y mentalmente escogiendo elementos para decorar el nuevo espacio en el que vamos a vivir. De a poco vamos armando el rompecabezas de nuestro espacio propio, y cada mes sumamos alguito que podemos comprar y hacer parte de nuestra vida diaria.

Estaremos en un departamento reducido en espacio (45 metros cuadrados) pero que nos va a permitir recibir a la familia y amigos, además de ser práctico para limpiar y vivir. Veremos cómo se da el ajuste de pasar de una casa de 360 m2, ese ya es otro cuento.

El arte de vivir en un espacio chico requiere el talento de deshacerte de cosas desnecesarias y escoger elementos con múltiples funciones. Desglosé por elementos de ambientación para que vayamos viendo juntos qué es lo que los expertos sugieren para decorar un ambiente chico (50 m2 o menos).

Toda norma tiene su quiebre y eso es divertido, pero estos delineamientos nos ayudaron a armar el rompecabezas decorativo:

El estilo general: que tienda a lo minimalista y moderno. La simplicidad de las líneas colabora con la percepción de amplitud.


Llevado al extremo, los materiales que recuerdan a un sitio de construcción como el yeso, acero, tuberías a la vista, el metal, permiten la sensación de estar en un loft de NY. Obviamente a muchas de nosotras no nos gusta ese extremismo, pero vale el destaque especial para espacios más “masculinos”.


El quiebre de la norma: usar pocos elementos ornamentales tipo antigüedades, o un espejo con marco más trabajado. Pero, como vamos a leer más abajo, hay que prescindir lo máximo posible de elementos ornamentales.

Paredes: la sugerencia general es que sean de color claro. Es más obligatorio aún si no hay mucha iluminación. Si el blanco te parece tedioso, probá el beige, los celestes, verdes muy claros, amarillos anaranjados (no amarillo limón).
El quiebre de la norma: pintar la pared más chica de un color más oscuro (como la pared donde está el acceso a un balcón por ejemplo)

Muebles: ligeros, con líneas sencillas, para no recargar el espacio. De los muebles ligeros, están muy de moda los muebles MDF, que, como diría una vendedora, “son pero no son madera”. Ojo que son ideales para los casos donde no se aplicará mucho peso de manera constante (alias, para estantes de biblioteca, son un no-no).
Escogé muebles multifuncionales: mesas de sala con cajoneras invisibles, sillas tipo bauleras. Con tapas o puertas para “esconder” las cosas que no querés que estén a la vista.
Aprovechar los “desniveles” de paredes para hacer muebles finos a medida. A veces hay esos rincones de paredes desniveladas que sólo Dios sabe por qué existen, pero para no llenar de piso a techo el espacio, usá estantes a medida o mandá hacer muebles que son cajones a la par.
No sobrecargues el espacio con muebles: eventualmente vas a sentir claustrofobia y el sentimiento agónico de no poder moverte sin chocar por algo.


Los accesorios de la casa: en general, menos es más. Las paredes más vacías que cargadas dan sensación de amplitud. 
Usar espejos en una de las paredes para que se refleje la otra pared y dé un sentido de amplitud. Mejor si la pared opuesta tiene un cuadro o fotos.
Prescindir de todas aquellas cosas desnecesarias. Evita estampados en los sofás y cuadros muy  cargados.
Para cuadros de pared, se sugiere optar por cuadros sin marco o con marcos muy finos, más tendientes a lo moderno que a lo clásico.

El quiebre de la norma: si la habitación es sencilla, un imponente cuadro no mata a nadie. (Yo estoy pensando si cedo a los accesorios en la sala para tener algún día un Migliorisi).

Las cortinas:
Se puede colgar a la altura del techo, para que la habitación parezca ser más alta para una persona que entre en la habitación.
Quedan mejor las cortinas lisas o con líneas que alarguen.
Ahora que hay la facilidad de comprar rieles prefabricados y cortinas prefabricadas consideren los siguientes parámetros para comprar cosas prefabricadas:
  • Midan de ancho y de largo exacto la ventana o puerta tipo blindex, sin calcular los “márgenes” que tienen que dejar.
  • Una cortina normalmente deja 10 cm de cada lado para tapar mejor la entrada de la ventana.
  • Sobre la parte superior, se coloca aproximadamente 5 a 10 cm sobre el marco superior
  • Cuánta tela lleva una ventana?Se multiplica x 3 la cantidad de tela con respecto al largo total de la ventana. Ej.: si son 1,50 mts de ventana, se usan 4,5 mts de tela.
  • Antes de decidirse por una tela opaca o traslúcida, estudiá el espacio donde vas a aplicar la cortina. Si es una sala donde pensás que vas a ver mucho la tele, conviene cortinas opacas. Si pasás muy poco tiempo diurno en el departamento, pueden ser cortinas traslúcidas. Para el dormitorio, categóricamente me parece que tienen que ser cortinas opacas. A nadie le gusta estar obligado a despertarse con la claridad del sol.
La sala / comedor:
No olvidar el tip de muebles multifuncionales, uso de estantes. Incluso se puede colgar el televisor con un soporte para prescindir del mueble.
Fuente: Deco Casa
La cocina: (si es que podés modificar) se puede poner un ventanal con cristal para que simule extenderse. Esto permite una sensación de continuidad y extensión.


El dormitorio: sustituir la cabecera por un stencil por la pared o por aplicación de ploteado.  Conocí una con muy buenos diseños de aplicación de vinilo por la pared, se llama Deco Vinil, en su página de Facebook hay muchas fotos.

El baño: colocar estantes debajo del lavamanos. Que sean de poco fondo, entonces las piernas no chocan con ellos. Después se pueden preparar múltiples cajas que combinen entre sí, o comprar cajas similares para colocar las cosas.

El techo: si el departamento es alto, se puede aprovechar la misma para crear un entrepiso, que no necesariamente tiene que servir de depósito, puede ser un dormitorio o un escritorio, por ejemplo.


Evidentemente, lo más importante de todo: que te refleje el lugar donde vas a vivir, dormir, recibir a tus seres queridos!

Empezar de cero: cómo comenzar la decoración de un hogar

En breve nos mudamos. La emoción está a flor de piel. Las cajas se van llenando, y sólo estamos esperando el día en que venga el fletero y lleve nuestros pocos muebles, y nosotros carguemos cajas en el auto. Literalmente me despierto una hora antes de que suene la alarma, pensando en nuestro nuevo nidito. Me imagino cómo va a ser ese día, y les veo ahí a mis amigos que ya se ofrecieron a ayudarnos.

Hay muchas cosas emocionantes en una mudanza, pero la que más me gusta es la oportunidad de empezar de cero. Me imagino que con capital sería aún más fabuloso, pero las previsiones y el ahorro tienen su encanto.

Recorrimos un montón de tiendas de decoración y artículos para el hogar, mueblerías, herrerías y más para ir familiarizándonos con los precios y establecer en nuestras mentes cuáles elementos nos reflejaban, qué colores nos despertaban sentimientos, qué materiales nos gustan para mobiliario, tapicería, accesorios. En parte era para conocer el mercado de ambientación, en parte era para quitar mi ansiedad de

Cuando no podés comprar todo de una vez (como los más normales de los simples mortales), mis sugerencias:

  • Hacé una lista de objetos para equipar la casa. Dividí en dos grupos, los de menor y mayor costo.
  • Dentro de cada lista de "objetos a comprar", organizá según orden de prioridad. Necesitás un juego de comedor antes que una cama? Un televisor antes que un lavarropas?
  • Recorré los lugares comparando precios y anotando. Anotá las facilidades de pago. 
  • Sentate y pensá detenidamente lo que querés reflejar en tu hogar. En base a eso, decidí qué elementos que viste van con esa línea de pensamiento.
  • Estudiá exhaustivamente el presupuesto familiar. Determiná cuánto de cada mes podés destinar al ahorro de muebles o al pago en efectivo. 
  • En última instancia, recurrí a la deuda: que sea una deuda calculada, es decir, tu tope de cuotas no puede pasar el monto asignado mensualmente al rubro "equipamiento de la casa". 
  • Hagas lo que hagas, tratá de comprar algo que dure y que te guste (especialmente con las cosas más caras, como muebles). No compres muebles, alfombras, etc. sólo porque "son más baratos y después voy a comprar lo que me gusta". 

En Asunción, te invito a recorrer:

  • Mall Plaza Oferta (San Martín y Lillio): un montón de cosas de decoración, vajillería, plásticos, todo para el hogar. Y un poco más.
  • Big, de Gonzalez Gimenez (San Martin esq. Tte. Vera): muchísimos muebles lindos.
  • Multi Centro (San Martin casi. Tte. Vera, al lado de Big): es una mueblería que trae muebles en MDF de Brasil. Los muebles MDF están hechos con madera hecha aserrín, que se le quita una sustancia y luego la vuelven a comprimir; es más ligera y permite darle una terminación espléndida a los muebles. Es especial para muebles que no soportarán mucho peso. 
  • Feria Asunción (San Martin c/ Austria): muchos muebles de decoración, accesorios, lámparas, elementos para el baño. Accesorios para la casa en general.
  • El Fabricante (San Martin 525 c/ Bertoni): te venden los palos de cortina pre-fabricados, o te los fabrican con rieles. Muchísimas opciones de telas y accesorios para cortinas. Además, opciones de tapizados. Ahí encontré la alfombra más fantabulosa del planeta, y me va a tomar 6 meses ahorrar para comprarla, pero esa será mi opción.
  • Arte y Decoración en Hierro (Oliva esq. Don Bosco, 021 446 279): viste esos lugares que pasás en frente y archivás en tu cabeza para pasar algún día? Después de meses fui a visitar este rinconcito, que tiene un cartel afuera que dice "herrería artística", tenían cosas para chimeneas, hierros como pasamanos de escaleras y más en exhibición. Don Desiderio tiene UN MILLON de catálogos de muebles, sillas, lámparas, etc. para que escojas lo que querés, y te hace. Ahí mandé hacer mis dos banquetas para el desayunador. (Si se van, cuéntenle que yo les mando ahí).
  • Milenio Furniture (Azara esq. Brasil): señores, los MEJORES sofás de la faz de la tierra. Hay sofás de 1, 2 y 3 cuerpos, esos sillones reclinables (como los de Joey y Chandler en Friends), todo fabricado en Paraguay, es de Ecoleather ("y es paraguayo!"). Son sofás bastante más saladitos en costo, pero valen la pena. Mi favorito son los que son tan fofos que te abrazan cuando te acostás. Ya me da todo pirí pensar en mi sofá, que está esperándome en el deposito del negocio.
  • Hidalgo Muebles (Hernandarias 925 c/ Piribebuy): una muy linda mueblería donde podés llevar tus diseños y te hacen lo que pedís. 

Próximamente voy a hablar de cómo decorar un departamento chico (que es nuestra experiencia, dado que nuestro nido tiene 45 metros cuadrados). Estoy leyendo un montón de cosas, tomando notas, y como todo anda muy suelto por la red, planeo anotar y compartir la experiencia.

Nos seguimos leyendo!

Cosas que pienso cuando tengo que ir al gimnasio

Me encantaría decir que soy deportista, pero NI AHI. No es tampoco que sea mala en deportes; tengo resistencia, no soy tan torpe, pero igual: nunca me gustó hacer ejercicios. Me iba a los Intercolegiales para socializar, Educación Física me costaba más que Química, y sin embargo, me rompía el lomo para hacerlo bien. Igual, no me gusta iterei* al cuadrado.

Ahora soy grande y nadie me pone notas, sólo que la ropa me iba quedando cada vez más apretada. Cuando ya no pude caminar 2 cuadras para irme al supermercado a comprar mi pastafrola, oh ironía: decidí ir al gimnasio.

Pero como no doy con mi genio, muchas se me cruzan en la cabeza, antes, durante y después...


Cuando tengo que pagarlo: calculo una y otra vez el presupuesto del mes, para ver si "va a sobrar"platita para esa "malcrianza". Rastreo si hay alguno que tenga un mejor precio. Sí, hay uno, pero está lleno de tipos que miran traseros como sabuesos, o equipos viejos, o instalaciones decrépitas. Comparo entre dos gimnasios para ver cuál me queda más cerca cuando voy a pie. Luego, voy en auto y como las calles son sentido único y doy vueltas para encontrar estacionamiento, me queda a triple de distancia de lo que sería ir al gimnasio más lejano. Doy más vueltas por no conformarme con un lugar de estacionamiento que encuentro, pensando que voy a encontrar uno mejor. Nunca pasa eso.

Cuando tengo que salir del trabajo para ir al gimnasio: reviso una y otra vez el Outlook para ver si no se me pasó leer un correo. Miro detenidamente los mails marcados en rojo. Evalúo las urgencias. Me hago realidades alternas de si pasa algo en la oficina y me necesitan. Y al final, me confieso: hago de todo para no ir al gimnasio.

Cuando tengo que cambiarme de la ropa de oficina a ropa de gimnasio: me lío el cabello con 3 gomas para que ningún mechón se caiga. El mechón de flequillo no se sujeta. Uso una vincha de toalla para un look ochentoso, pero que mantiene seco mi cabello. Me pongo ropa de gimnasio que combina, un juego de calza y camiseta que supuestamente tiene que hacerme sentir pro. Mis rollos me delatan. Mi derrière voluptuoso me pone contenta. No importa cuán gorda esté, siempre se ve lindo. Vuelvo a mirar los rollos y no, no compensa el derrière.

Cuando estoy en la bicicleta, haciendo spinning: no dejo de mirar el maldito reloj. Miro los celulares para ver si no me llaman desde la oficina. Calculo cuánto tiempo ya aguanté, y me rejuro que voy a aguantar 5 minutos más sin desvanecer. Me imagino mi época de colegio cuando me toca pedalear al ritmo de mi música favorita: "Procura", de Chichi Peralta. Maldigo a todas las porquerías que como que me hacen estar ahí en primer lugar. Me recuerdo que hace bien hacer ejercicio, aunque viva de hojas verdes. Me imagino a mi humanidad rumiante de tanto comer hojas verdes. Concluyo que soy una vaca aunque no viva de hojas verdes.

Cuando se me raya el cerebro y hago zumba: alego demencia y vejez a mis movimientos torpes. Miro a otras para ver si alguien es más torpe que yo, y como siempre lo hay, me consuelo en silencio con eso. Me pregunto si alguien se consuela con sus movimientos, mirándome a mí. Me siento puberta de vuelta. Es el único lugar donde puedo ser puberta sin remordimientos, y lo disfruto.

Cuando tengo que cambiarme de ropa de oficina a ropa de gimnasio: hago todo un ritual para escoger con qué cosas entrar a la ducha para bañarme Y vestirme, entonces nadie me ve, ni en corpiño. Me imagino la angustia de mojar mi pantalón en la ducha, y cuando lo hago, digo: "qué más da".

Cuando vuelvo a la oficina: de verdad vuelvo más feliz de lo que me fui. Una parte de mí se estresa por tener que ir, y otra parte se desestresa por haber ido. Después me arruinan el desestrés y vuelvo a ser una estresada. Como, como mecanismo de lidiar con el estrés. Y ahí concluyo: tengo que ir al gimasio.

Y vuelve a comenzar el círculo vicioso.

*Iterei: énfasis, "en absoluto", sería el contexto del guaraní al español.

El arte de hacer feliz (o "¿por qué la gente se casa?")

(N.de la R.: recibí mis primeros comentarios vía FB. Hay gente que no tiene matrimonios felices, es una realidad de la que no soy ajena y que me duele, porque le toca a gente a la que quiero mucho, adultos mucho mayores que yo y amigos de mi edad. Con este texto sólo quiero plantear el punto de que toma 2 personas haciendo el esfuerzo para que el matrimonio funcione. Cada uno tiene que poner su parte. No estoy a favor de aguantar hombres abusadores físicos, sexuales ni psicológicos. No quiero hacerle sentir fracasado a nadie porque está en pareja, esperando el momento para casarse, ni a quienes aún no encontraron esa persona correcta. Sólo pienso con los dedos. El matrimonio tiene tantas aristas, y yo sólo tengo 10 meses de casada, ganas de escribir y ganas de hablar de lo que escribo. Con ese antecedente, podés proceder a la lectura. )

Hablemos de una de esas preguntas existenciales, una de esas cosas que le mueve el piso a los jóvenes, uno de esos temas con los que a los de mi edad les gusta hacerse de los re jodidos y ser contreras, una pregunta que más vale que uno se la responda antes del hecho, que después ya es tarde.

¿Por qué uno se casa?

En mi grupo de colegio, para fin de año vamos a ser 11 compañeros y amigos casados, la mitad del grupo. De esos, hay 2 pares que encontraron su mitad en las aulas del colegio.  Tenemos todos 25 años para abajo. Y me complace decir que, mirando a grandes rasgos, sean los newlyweds o a los primeros que se animaron, a todos se les ve felices, como equipos sólidos; no porque lo hayan hecho de jóvenes, sino porque lo hicieron en su tiempo, en el momento personal de cada uno, por los motivos correctos, donde entre dos se pusieron de acuerdo y se dijeron "hagamos saber al mundo que vamos a estar juntos para siempre".

Muchos amigos, ahora casados. Los últimos están nominados!

Cada uno tiene su historia de cómo se decidió a dar ese paso. Una amiga me dijo "me di cuenta que no quería más despedirme de él". Otra me dijo "nos acompañamos en nuestros sueños". Un amigo me dijo "no quiero que nada le falte, quiero hacerle saber que voy a cuidar de ella y que no está sola" (una situación muy particular). 

Yo llegué a mi conclusión particular en marzo de 2009, después de muchos años de relación y donde la enorme responsabilidad de "hacer familia" con alguien me bajaba la presión. Entiendan el contexto. Soy una persona que trasciende la tacañería. Soy muy precavida. No me gusta tener deudas. No tenía ni factura de Tigo por el hermoso sentimiento de no deberle nada a nadie. Sabía que algún día se iba a acabar este estilo de vida, sólo que hasta ese entonces, no estaba lista para ello, aunque ya sabía que quería estar con mi hoy marido, para siempre.

Pero un día, finalmente, me levanté para asumir las consecuencias de la vida adulta. Deudas incluidas. Cuidar de alguien. Pensar en partida doble (y pensar en partida múltiple, alguna vez). Ya estaba en mi último año de facultad, el Síndrome de Peter Pan no podía durar mucho más. Era hora de crecer. Y, con el crecimiento, viene el asumir responsabilidades.

Así que le conté a mi estimado que, aunque siempre le dije que sí a las miles de veces que me dijo para casarnos desde los 14, ahora estaba genuinamente lista para ello. "Cuando quieras nomás", y le hice ojito. Se tomó 7 meses para pedírmelo formalmente (me volvió a pedir otros cientos de veces sin la formalidad durante ese tiempo), y 14 meses en total para que finalmente cerremos un trato que comenzó 9 años, 9 meses antes de ese punto clave.

Y mi respuesta personal al "por qué me caso" es muy personal también. Estoy casada para hacerle feliz a mi estimado. Tan sencillo como eso.

¿Cuál es el secreto? No me casé para SER feliz. Me casé para hacerle feliz a quien me importa. "Ese hacerle feliz" puede variar desde su óptica o desde la mía y ahí se presenta otras diferencias ; yo creí que le iba a hacer feliz tener un dormitorio decorado y ordenado, cuando lo que le hace feliz es que estemos sentados en el puff viendo una serie o película, comiendo de una caja de pizza (la de @KureDumas) nos hace sentir en el cielo) en un dormitorio que parece de un soltero universitario con toda la ropa despatarrada y la cama sin ser tendida. A veces tenemos nuestras diferencias de lo que yo creo que le haría feliz, y de lo que genuinamente le hace feliz. 

Es un arte, el arte de "hacer feliz". Incluye: dejarle dormir hasta tarde los fines de semana, que siempre tenga comida, que no le falte ropa limpia, que pueda ver películas o jugar al Wii hasta tarde de noche (incluso entre semana)... y muchas cosas más. Hasta ahora el estimado parece que no aprecia mi arte de cerrar el presupuesto familiar cada inicio de mes, pero ese es mi deleite propio. 

Por su parte, Chris sabe que "me hace feliz" con cocinar asado (que tanto detesta hacer, por el calor del fuego), con encargarse del Playlist del Ipod, con descargar todas nuestras series y películas, y ponerse auriculares para ver películas de madrugada. Me hace feliz colgando la ropa (la tarea que más detesto), matando arañitas y bichos (me da asquito escuchar el juguito de bichos aplastados) y lavando la vajilla (tarea que abomina pero hace porque yo la abomino aún más). 

Felices en la sencillez. Acá, mirando el Partido PY-Eslovaquia en el Mundial.

¿No se dieron cuenta que cuando uno trata de ser feliz, nunca sale del todo bien, porque nunca se alcanza el término "soy feliz" por esfuerzo propio? Es mucho más fácil cuando la vida conspira para que uno sea feliz (aunque ser feliz es una actitud). Pero en algo tan particular como un matrimonio, uno no puede "hacerse feliz" a expensas del otro. Entonces, si 2 personas se hacen felices el uno al otro, es una ecuación perfecta, una de las más bellas ecuaciones naturales y humanas de todas.

Yo soy feliz porque mi estimado me hace feliz. Y creo que si más pares de parejas se pusieran de acuerdo en hacerse felices el uno al otro, habrían menos familias con padres disconformes, menos infidelidades (aunque hay cada enfermo que, no importa cuánto trates, tiene un mal mental para ser infiel, eso es caso aparte), menos divorcios. Más gente feliz. 

En nuestros matrimonios, cada individuo tiene que dejar de tratar de "ser feliz". Tratemos más de hacer feliz a esa persona especial. Funciona mejor.


Me voy a ir a seguir descubriendo el "arte de hacer feliz".

Menos justificación, más forja de carácter

Mi mamá es docente de profesión. Tiene 30 años en la docencia, y habrá enseñado, formado, disciplinado, amado a más de 5 mil chicos a lo largo de su vida. (Tenés que tener un corazón muy grande para amar más de 5 mil chicos!). Algunos (muchos para mi gusto) hasta llegan a decir que es su segunda mamá. Y bueno, yo me resigné con compartirla, con varias generaciones de chicos que hoy son adultos, y de chicos que hoy siguen siendo chicos.

A pesar de tanto empeño y amor, esto no basta para que las cosas sean lindas del todo. Creo que, en base a lo que observo y escucho de muchas fuentes, a cada año que pasa, los hijos están más malcriados (en el más textual sentido de la palabra).

Sí, se pueden poner a bostezar y a decir que este es un post del tipo "los tiempos pasados eran mejores". Pero los profesores  tienen el panorama bastante claro al compartir horas de años con chicos, en distintas etapas de sus vidas. y muchos docentes pueden estar de acuerdo con que las nuevas generaciones de alumnos son, en general, pura y llanamente un degenero.  Podría buscar una palabra más suave, menos genérica, pero denme el crédito. No dije que sean todos, dije que es lo más habitual encontrar, en distintos niveles de gravedad, esta clase de pupilos. O sea, hay degeneros "más graves" y "menos graves"pero de que los hay, los hay.

Este planteo surgió a partir de unas publicaciones en Facebook de quienes para mí eran "los chiquitos" y hoy ya están bastante más grandes. Están publicando cosas como sus fotos de su "último primer día de clases", fotos que sencillamente hablan de quiénes son ellos, qué creen, de qué están hechos y qué clase de cosa les permiten sus padres, o con qué clase de cosas les dejan salirse con las suyas. Sé que la vida no es tan sencilla como "deducir quién es uno a partir de su Facebook" pero bueno, en muchos casos sus acciones de la vida real acompañan al reflejo de lo que muestran. Y sí, detrás de muchos defectos habrán problemas de fondo que, al verse en la superficie, se manifiestan como alcoholismo, exhibicionismo, promiscuidad, qué se yo.

Después también me crucé con publicaciones de fotos en clase, hablando de maestros. Ese sí me dolió. Cuentan sus hazañas en clase, como si fuera un logro hacerle la vida imposible a alguien, y después se preguntan por qué un maestro les tiene entre ceja y ceja. Hablan de sus maestros como si estuvieran hablando de la máquina que te da Coca Cola si metés una moneda: como si no fuera persona.

Yo estuve de los dos bandos: alumna amada y alumna odiada. Y siempre supe que es mejor estar del lado de alumna amada y supe cómo pasarme a ese lado: sencillamente haciendo lo que me toca hacer. Es importante estar del lado bueno de la balanza porque: 1- el maestro también es gente. Sufre, quiere, llora si le hacés pasar mal.  2-  es una posición de ventaja, siempre. Después nomás descubrís el 3- es la posición correcta. 

Estuve también en el bando de hija rebelde way y en el bando de hija "ñembo"modelo. Fui contestona, rebelde, terca, le avergoncé a mis papás en reiteradas ocasiones (eso que todavía no tenía Facebook, hasta ahora le pongo nerviosa a mi mamá con expresiones como "dejate de joder" y similares). Pero creo que, en general, no les doy "tanta" vergüenza. Pero lo que trato de hacer bien, lo hago por mí (y sólo gracias a Dios, que trata con mi incivilizadita interior), es un valor agregado que ellos suspiren y digan "ufa, no nos salió tan mal esta rubia, zafamos porque perfilaba que iba a ser jodida". Los hijos que son lo que son por no avergonzar a sus padres, se ponen sobre sí una expectativa imposible de cumplir, no se realizan como personas y, eventualmente, terminan decepcionando de cualquier manera. Así que la mejor política es uno ser lo mejor que puede ser, por uno mismo.

Una vez, una infeliz tuvo la caradurez de gritarle a mi mamá que "ojalá que su cáncer le mate". Tuvo suerte que yo no era más alumna del colegio, que me enteré un día después y que cuando llegué al colegio para matarle a sopapos con la lengua (créanme, sopapeo mejor con la lengua que con los puños, y también créanme, la iba a fulminar), me pararon a medio camino de mi misión. Esta chiquilina tuvo la caradurez de escudarse por una falta bastante seria y se le dio por lanzar una estupidez de esas, grandiosas. Hasta ahora me cala profundo cuando lo recuerdo, y sé que donde esté, la vida se va a encargar de pasarle la factura. También el recuerdo es el máximo símbolo de la decadencia en el don de gente que pueden tener los alumnos.

Acá reculo un poco y le corto un poco la cuerda a los niños y pubertos. Al final de cuentas, a los nenes no les voy a culpar. Son nenes y, como tales, tienen que ser pulidos y forjados por los parámetros que los papás les dan. Por ende, si bien son individuos que eventualmente alcanzan a tener decisión propia (a los no-tan-nenes no les voy a dar dejar zafarse tanto), tanto grandes como chicos son el reflejo de su crianza, de sus padres, y de los límites que ellos pusieron. Así que, al final de todo, son los padres los últimos responsables del degenero generacional que se presenta, con la curva cada vez más marcada hacia abajo en desempeño y calidad de crianza.

Sí, podés decir que a mí me es fácil hablar de la tarea de papás, yo no soy mamá ni planeo serlo en un buen tiempo. Pero igual hablo de ello, no necesito más motivos que decir que se me dio la regalada gana de hablar de eso. En pos de lo que veo, leo, escucho y comentan, me tomo la atribución de escribir de ello.

No sé qué excusa tienen los papás para justificar cosas injustificables y faltas morales como copiar, escaparse de clases, faltar el respeto a los adultos. Es más, deberían justificar menos y castigar más. En lugar de decir "es que el chico tiene mucha presión, muchas tareas", deberían alinearlo. En lugar de decir a los maestros "seguro que sos muy exigente", deberían subir su vara de expectativa del hijo a algo que equivalga a civilidad. No creo que eso sea sobre-exigir, el poner un estándar de don de gente a alguien que, al final de cuentas, es tu reflejo y tu responsabilidad hasta que cumpla la mayoría de edad.


Los padres deberían pasar menos tiempo justificando las faltas de sus hijos y más tiempo forjando el carácter. No, no asumo que es fácil. Para mí será fácil decirlo porque yo hablo nada más, y no traje ningún hijo al mundo todavía. Como sé que no es tarea fácil, todavía no pretendo ponerme en ese papel, y espero algún día estar lista para ello. Pero el que ya tiene a descendientes sobre la faz de la tierra, que asuma las consecuencias, que se haga cargo de todo lo que conlleva tener un hijo, incluyendo los aspectos lindos y que le hacen sentir retribuido por el trabajo que implica.  Al final de cuentas, un hijo es una vida, es un alma que impacta al mundo... y deja su marca aportando algo, o destruyendo lo que se cruza en su camino.

Me pregunto, ¿cuántos papás se harán cargo de lo que resultan ser sus hijos?
Mi espacio, mi mundo, mi visión, a mi manera. ¡Así de sencillo es! Es de buena gente comentar, compartir y dar créditos si corresponde. Cualquier cosa dejame un comentario con tu e-mail, así contactamos.
 
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