"Ponete ese bridal glow"

La cuenta regresiva está intensa. Lo único que no me gusta del proceso, es que como "novia", no me siento lista. Estoy haciendo lo que puedo, pero prontísima, no estoy.

No me tomen a mal; estoy prontísima para comenzar una vida en pareja y asumir las responsabilidades y consecuencias (y deleites) que eso conlleva. Pero toda mujer comienza a hacer sus ajustes personales para llegar en su máximo esplendor ese día.

Yo hice los míos. Me miré un día al espejo y cual radiografía, parte por parte comencé a analizar cómo mejorar, y por cuál medio. Tomé nota mental en la cabeza para ver cuándo comenzar a ejecutar cada plan: del cabello, las uñas, el cutis, el gym... Es parte del encanto de este trajín, verán. Ponerse metas y lucir como actriz en la alfombra roja.

Eso fue a los 205 días de comenzar este cambalache. En el proceso me enfermé (con reposo, mal) 5 veces, y corté varias veces la sesión de gimnasio (por eso y porque nunca voy al gym en ese de-vez-en-mez trágico), del que nunca fui muy fan, como ya habré contado mil veces (del gym o del vez-en mes? De ninguno, en realidad). Pero hoy son 76 días, mañana es lunes y por enésima vez, comienzo una dieta. (Bajé 1 kilo en el trajín. Nada más. Ya no tengo 15 años y no basta con cerrar la boca nomás.)

Tampoco me amarga el proceso, te diré. Pero sé que hay ciertas cosas a las que tengo que tomarle como al toro por las astas.

Para sentirme un poco más proactiva en mi deber de novia, me hice una algaterapia (guau! qué fashion!) que me gané por el cumpleaños de una conocida peluquería en Facebook. Era la primera vez que iba a la peluquería y aproveché para elegir el paquete de servicios que me voy a hacer ese día, y agendar mi lugar.

Tengo que contar esta experiencia religiosa. Para comenzar, me dice la chica: "bueno, desvestite nomás, vamos a comenzar por exfoliación." Le miro a ella, a la bata, y le digo: "la ropa interior me la dejo, OK?" y ella en su mayor normalidad me responde, "no, todo te tenés que quitar".

Levanté la ceja, y no pasó ni medio segundo para mi respuesta. "Nah, me dejo lo de abajo". La masajista/tratante se quedó cross-over, sin entender por qué me dio el ataque de timidez. Es que no me conoce. Yo no me embolo frente a mi hermana! (Sí, ya sé que voy a tener problemas, pero en serio...es una extraña. No me jodan.)

Extrañamente, la chica me comienza a hablar. Tengo entendido que las masajistas no te hablan, se supone que te tenés que relajar. Ok, no era masajista. Mientras me exfoliaba me preguntó cuándo me casaba, cuánto tiempo estuve de novia, y coincidió que ella también está con el mismo hombre (que alguna vez fue chico), desde hace 9 años. La diferencia es que ella a los 16 tuvo su bebé, y aunque siguen juntos, están sin casarse. "Es que casarse sale mucha plata", me dijo, y le di absolutamente toda la razón.

Después de eso, pasamos a otra sala, donde me comienza a empastelar con un preparado de algas. Me sentía marítima. Un aroma de la mañana en la playa, cuando todavía no salió el sol y la costa huele a naturaleza. No tenía nada de romántico; el olor a bronceador es lo mejor de playa, y eso es artificial!

No di con mi genio y le pregunté qué beneficios me traería hacerme un pastelón. Me dijo mil cosas, que desintoxicación, que adelgazamiento, etc. La promesa es que en 8 sesiones reduciría 8 cm de cintura, y más cms en otras partes del cuerpo. Me dio precios y me puse a pensar y sopesar. O me voy a Grecia, o me veo flaca. O playa, o flaca. O luna de miel, o espléndida. Hmmm... A Grecia no tengo manera de llegar de otra que no sea volando. Flaca puedo ser de muchas maneras. Voy a obviar pagar, me dije en la mente, y seguí atendiendo al proceso.

Y, para proseguir con el estrambólico proceso, me envuelve en....papel film. Todo el cuerpo. Me sentía un sushi. Me comencé a imaginar cuál iba a ser mi relleno. Estoy hecha de azúcar, carne y especias, así que supongamos que era un sushi de lomo (porque tengo un lomazo! jajajajajajaaja) cocinado en salsa barbacoa con miel, y especias. Ahí pensé en que quería comer en Cono Sushi de vuelta, y... (sí, divagué mal, pero qué le vamos a hacer.)

Después, me pasaron al horno. Sí, me metieron en un sauna húmedo, en el cual me hallé durante 30 segundos. No por el calor, o porque no era tan lindo el sauna, o porque el color de las baldozas no me permitía saber si habían hongos en el área, sino porque no sé disfrutar de la paz y del silencio.

Sentí que se olvidaron de mí ahí adentro. Pareció una eternidad, y habrán sido 30 minutos. Esos 30 minutos fueron acompañados de toooda clase de pensamientos. Miraba la puerta y la abrí para chequear que no tenia cerradura por afuera y que nadie me iba a llavear; pensé en cómo me iba a aburrir esa tarde de mi casamiento, sola en la peluquería (me marcaron mi cita a las 2pm, qué yo voy a hacer tanto tiempo ahí, más que volverme loca?!). Tengo la opción de vestirme ahí, y me parece lo más antipático que me puede llegar a pasar en mi vida. Estoy considerando seriamente cómo mantener la magia del momento, y eso no incluye ponerme mi vestido en la peluquería.

Y finalmente pasaron los 30 agónicos minutos. Pasé a la ducha y me quité el papel film, el sudor y las algas de encima, y no es que me sentí menos tóxica (sí, ese es un estado emocional), ni más flaca. Dije que iba a volver a ir al sauna del CIT, que es más lindo y canchero (las historias que cuentan las señoras son para morir).

En el camino, me pregunté seriamente qué más tenía que hacerme. Cepillarme los dientes con Colgate Max Whitening, no abusar con el esmalte, cuidar el largo de las uñas, baño de crema en el cabello 1 vez a la semana, volver al freakin´gym del CIT (y sí, pasar más horas en él, porque después del spinning tengo que hacer espalda y brazos), y matener el estado zen que tan poco me caracteriza y me dura.

Porque el bridal glow es un estado del alma, que se refleja en el rostro y en el cuerpo, es en el área de las emociones donde tendré que aprender a dominarme.

2 viajeros que conversan:

Analice Vera dijo...

Como dice una frase ridícula: "Para ser bella hay que ver las estrellas", yo creo que para ser bella una debe mirar su interior y hacerlo brillar! :)

Melissa Ramos Vaesken dijo...

eso del sauna con los chismes de las senhoras es cierto!! haha che vane, en serio q vas a hacer el dia d tu casamiento en la peluqueria.. te vas a re aburrir..
che by the way, dsp de q te cases, no vas a poder usar mas el CIT :( nde, ve si por ahi tenes edad aun en aplicar pra ser miembro sin tener q comprar los bonos de CIT, sino q sea hereditario o algo asi..

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