Restaurantes en Asunción:
Dal Buongustaio
Avda. Mcal. López 5200 casi RI 3 Mongelós - Tel. (595 21) 604 953

Un viernes de noche es un día de la semana que amerita aprovecharse para salir de la rutina, cuando el cansancio no te abate con tanta fuerza que te impulsa a desfallecer en tu cama para recuperarse del cansancio de la semana. Muchos no ven la hora de que llegue el viernes para salir; yo sólo quiero llegar a mi cama y dormir.

No fue un viernes fácil. Cuando llueve, Asunción te exige el doble de tiempo en el tránsito. La ligera llovizna y el cansancio, sin embargo, no aguaron la agenda de la noche. Había un cumpleaños al que me comprometí asistir, y ahí fuimos con Chris, a la pizzería bien cerca del Hiperseis.

Es un restaurante que visité al menos 5 veces, y como recién ahora tomé la costumbre de contarles las experiencias que tenemos visitando restaurantes, le toca ser presentado aquí. Es una casa de familia hecha restaurante; una chimenea encendida nos esperaba a 15 comensales, que encontramos la reserva cumplida con mesas acomodadas para el festejo. Muebles antiguos, ambiente añejo, lo suficiente como para hacerle sentir a uno en su casa y no en un museo.

La carta de este restaurante es de 47 sabores de pizzas, con la posibilidad de realizar agregados personales. También hay platos de pastas -es un restaurante vinculado a Spaghettoteca, hablé un post atrás sobre ellos-, además de la carta de postres y una variedad de vinos internacionales.

Chris y yo compartimos la pizza de tamaño grande a la leña, en dos sabores: panceta con tomate y cebolla. Dicen que este último ingrediente puede ser motivo de divorcio, pero como a nosotros dos nos gusta, y no será suficiente para hacernos almas gemelas, pero al menos en comida, nos entendemos. Chris siempre cede a las anchoas y al roquefort, dos gustos que no tolero -y hay pocas cosas en este mundo que no como.

La fría noche no apagó el calor de la pizza sacada del vivo fuego, entregada rápidamente a nuestra mesa y realizada con masa fina y crocante. Cada uno de los gustos se agarraban de la mano y se entrelazaban entre sí, para permitirnos experimentar una masa clásica, casera, distinguida en gusto, con cada ingrediente en su lugar. No podía pedir más. Por sobre todo, el tamaño de la pizza nos satisfizo a los dos (aunque Chris deliró por dos pedazos más de roquefort y anchoas que le comió a Osvaldo).

Los mozos fueron pacientes con todo el loquerío, pero no creo que nos vuelvan a dejar entrar al restaurante. Este fue un grupo muy bullicioso que era más apto para Burger King que para un restaurante italiano. La dueña también parecía pensarlo así. Normalmente está algo malhumorada, a ella su restaurante parece no divertirle. Esta vez, quienes nos atendían eran más ágiles que la última vez que fuimos -dos semanas antes, donde suspiré y dije que ya no volvía más en mucho tiempo a ese lugar. Se come muy bien por Gs. 50 mil por la pareja.

Un buen ambiente para visitar, aunque tenga sus semanas en que todo parece estar del revés -el servicio tarda a veces, por ejemplo. Aunque lo más importante, que es la comida, siempre llega impecable.

1 viajeros que conversan:

Alumnos y Profesionales de la Carrera de Economía dijo...

Mujer, este restaurant es la esposa del Amos, el "viejo" de spaghettoteca!! jaja Ambos son un matrimonio con una hija. Ella hace pizzas y el se encarga de las pastas :)

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